Los Simpson son sin duda la serie de animación con más éxito de la historia de la televisión con veintiocho temporadas en antena. La famosa familia de personajes amarillos parece dispuesta a batir todos los records.

Muchos hemos crecido viendo las aventuras de sus personajes cada día a la hora de la comida y lógicamente nos han influido en muchas cosas: frases que todos repetimos, chistes que conocemos de memoria pero que continúan haciéndonos gracia e incluso todos identificamos a los personajes que salen en la serie con ciertas características de personas reales de nuestro entorno.

Lisa Simpson es la hija mayor de la familia, la más estudiosa y sensata de todos ellos. Y tiene una afición que ama por encima de todas las cosas: tocar el saxo. En la serie se cuenta que lo hace desde los tres años, cuando sus padres descubrieron que era superdotada y dado que no podían pagar una escuela especial para ella decidieron incentivar sus dotes comprándole un saxo que ella había pedido.

Una influencia clara en la elección del saxo

Aunque el saxo es un instrumento clave en determinados estilos musicales, no era uno de los instrumentos más populares. Tampoco era de los más demandados entre mujeres. Pero el hecho de que Lisa tocara el saxo y fuera una niña y además de mentalidad muy progresista, animó sin duda a muchas niñas a elegirlo.

También Bill Clinton, antiguo presidente de los EEUU es amante del saxo y lo ha dicho así muchas veces, incluso ha llegado a tocarlo en público. Y hay otros famosos en la lista, como Hugh Laurie, el famoso Dr. House, que toca varios instrumentos entre ellos el saxofón.

Hoy sigue siendo frecuente que las niñas que se acercan al conservatorio lo hagan atraídas por instrumentos como el piano, la guitarra o el violín, más conocidos. Pero, tal como le ocurrió en su momento a Anastasia McQueen, es también frecuente que se encuentren con que no hay plazas para el instrumento elegido y tengan que apuntarse a otro diferente.

Si les toca el saxofón, que fue lo que le pasó a Anastasia cuando pretendía anotarse en guitarra, seguramente se lleven un disgusto inicial. Pero quizás, igual que ella, una vez que toquen el instrumento y vean cómo es realmente, se sientan enamoradas del saxo, casi tanto como Lisa Simpson o la misma Anastasia McQueen.