Ya en el siglo XIX había mujeres saxofonistas que usaban este instrumento para interpretar música clásica, como la gran Elise Hall, conocida bajo el sobrenombre de La Mujer Saxofón. Sin embargo, el papel de las mujeres en las orquestas no era bien visto en ningún instrumento y no fue hasta mucho después que comenzaron a surgir las primeras orquestas femeninas.

La pionera de todas ellas fue la “Wiener Damenorchester”,  que se podría traducir como “Orquesta de damas vienesas” y que fue seguida por la Orquesta Sinfónica de San Francisco. No fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial cuando comenzaron a surgir las primeras orquestas mixtas, en las que las mujeres tenían muy complicado formar parte por la presión de los directores, que no estaban conformes, pero también las de sus propios compañeros.

Y si ya era difícil para estas mujeres, no es complicado imaginar cómo podían tenerlo las saxofonistas mujeres que querían formar parte de las Big Bands de Jazz. Evidentemente, no era lo mismo tocar en un salón ante nobles que hacerlo en un garito, de madrugada, ante gente que bebía y bailaba al son de la música.

Mujeres saxofonistas en las Big Bands y en el Jazz

Hemos hablado en más de una ocasión sobre el papel del saxofón en las Big Band de Jazz, pero si echamos la vista atrás vemos que en los primeros tiempos, las saxofonistas mujeres brillaban por su ausencia.

También en este terreno, las mujeres tuvieron cierta dificultad para demostrar de lo que eran capaces y tuvieron que escuchar todo tipo de excusas, desde que el saxo no era un instrumento para mujeres hasta que las Big Band eran masculinas porque las saxofonistas mujeres no debían tomar parte en ese tipo de proyectos.

Una de las historias más curiosas en este sentido es la de Billy Tipton, un saxofonista conocido en el mundo del Jazz que, ya en 1989 y con 79 años, se descubrió que era en realidad una mujer. Un hecho que había ocultado a sus cinco mujeres y a su hijo adoptivo además de a todo el público y a los músicos que la habían acompañado a lo largo de los años.

Hoy, ya nadie pone en duda que una mujer saxofonista puede tener tanta calidad interpretativa como un hombre e incluso puede darle a sus interpretaciones un toque diferente. Por eso, Anastasia McQueen sorprende en los escenarios por ser una gran intérprete más que por el hecho de ser saxofonista mujer.